Hoy me ha pasado un cosa bastante curiosa, mi madre compró un cuadro feísimo para colgarlo en alguna parte de la casa, cuando se fue a la compra yo cogí el cuadro, quité uno bastante bonito que tengo en mi habitación y lo puse. Me alejé a ver que tal estaba y era espantoso, a si que lo decidí dejar hasta que viniese mi madre y pudiera observar lo mal que quedaba sobre la pared. Colgado el cuadro, me senté en mi mesa de trabajo y me puse a estudiar, al rato el cuadro se calló, no le dí importancia, volví a subirlo y me senté de nuevo. Y otra vez abajo, arta ya de colgarlo le dí la vuelta y comprobé que ambos enganches, el del nuevo cuadro y el mio estuviese bien, eran totalmente iguales y estaban muy asegurados. Fui a la pared para hacer la misma comprobación, el gancho del que se colgaba el cuadro estaba perfecto, un perfecto ángulo recto.
Bien, coloque el cuadro y adivina, ¡Plof! de nuevo al suelo. Me quedé un tanto.. Poker face.
Conclusión: En mi habitación habita un ente con buen gusto.
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